Director Espiritual D. Roberto López Montero  

 

D. es además el Párroco de Nuestra Señora del Carmen y San Luis O.

D. Roberto posee una amplia formación académica, siendo licenciado en Filología Clásica y Doctor en Filología Latina por la Universidad Complutense de Madrid. Es Doctor en Teología Patrística por la Universidad Eclesiástica San Dámaso además de licenciado en Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma.

Es profesor en las Facultades de Teología y Derecho Canónico de la Universidad Pontificia Comillas y profesor del Instituto Superior de Estudios Teológicos “San Ildefonso” de Toledo.

D. Roberto ha publicado numerosos libros y artículos, donde recordamos el aparecido en 2019 sombre nuestra sede “La parroquia de San Luis Obispo de Madrid. Historia, fuentes y archivo”.

Madrileño de nacimiento, siempre ha tenido una especial relación con nuestra Parroquia. Con la de San Luis, por ser donde fueron bautizados su bisabuelo, su abuelo y su padre, y con la del Carmen donde se casarón sus padres en 1973.

 


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CARTA DE NUESTRO DIRECTOR ESPIRITUAL

BOLETÍN LOS GITANOS – Enero 2023

Estimados hermanos:

   ¡Estamos en Adviento y llega el Señor! Así empieza un canto del precioso tiempo en que nos hallamos. Merece la pena que nos detengamos en alguna reflexión de cada una de las palabras que lo componen, sobre todo porque será de gran ayuda espiritual para todos los que formamos parte de la Hermandad. Cuántas cosas cambiarían si hiciéramos caso de ello. Cómo se ensancharía nuestra alma si comprendiéramos los dones que Dios nos quiere dar en este Adviento.

   ¡Estamos! En efecto, el verbo estar es lo más contrario a la imaginación, a la ensoñación, a lo que no tiene consistencia. La llamada del Adviento debe ponernos en situación y, por tanto, debe hacernos huir de una concepción inane de nuestro seguimiento de Cristo. Estar significa tomarnos en serio la llamada del Señor. No estar es lo propio del que no escucha y del que no vive.

   ¿Y dónde estamos? En Adviento. La palabra Adviento viene del latín “adventus”, que significa “venida”. Venida del Señor. Por eso hay que estar. A lo largo de nuestra vida son muchas las venidas que jalonan nuestra vida. Para muchas de ellas nos preparamos concienzudamente. ¿No nos vamos a preparar para la principal? No seamos tacaños. En Adviento, los hermanos deben estar para prepararse a lo principal, que es la venida en carne de su Señor. El final de esta frase tan sencilla resume bien todas estas ideas: ¡llega el Señor!

   Una Hermandad puede definirse, entre otras cosas, como uno de los lugares en los que mejor podamos prepararnos para la venida del Señor. No puede ser de otra forma. Hagamos, por tanto, un examen de conciencia y preguntémonos si en nuestra Hermandad de los Gitanos existe esa disponibilidad para estar esperando la llegada del Salvador. La Virgen María, en su embarazo, no hizo otra cosa más que esperar el acontecimiento del nacimiento de Jesús.

   Tengamos muy presente que si así vivimos el Adviento de este año, obtendremos innumerables frutos para el futuro. La Hermandad debe vivir en constante espera y desvelo el nacimiento de su Señor. Recibid los mejores deseos de vuestro director espiritual.

 

BOLETÍN LOS GITANOS – Enero 2022 

   No deseo empezar estas primeras letras con referencias al inicio de mi ministerio como párroco, que ya no es tan nuevo. Tampoco creo conveniente partir del omnipresente argumento de la pandemia, tan cómodo para justificar muchas cosas que nos retrasan a la hora de responder a Aquél que debe ser el centro de todo lo que hacemos. Me aventuro, por ello, a insistir en algo que puede aprovechar a la Hermandad y que es más propio del oficio de director espiritual de la misma que desempeño. Son palabras que, en el marco del XXV aniversario de su fundación, nos recuerdan a todos la verdadera esencia de lo que vivimos con tanta pasión. 

   La actividad de la Hermandad debe encuadrarse dentro de lo que la constitución Sacrosanctum Concilium del último concilio llama «ejercicios piadosos del pueblo cristiano» (5C13).  La Iglesia los recomienda «encarecidamente». Tal prescripción y recomendación debe enorgulleceros y, de igual modo, debe haceros considerar que la pertenencia a una Hermandad constituye un noble modo de responder al seguimiento del Divino Maestro.

   Ahora bien, a estas palabras se unen otras de no menor gravedad y que en ningún momento deben ser esquivadas. Sobre todo porque de ellas depende no sólo la buena marcha de una Hermandad, sino también –y esto es primordial- su pervivencia. Con gran claridad leemos, en efecto, que «es preciso que estos mismos ejercicios [.….] vayan de acuerdo con la Sagrada Liturgia, que en cierto modo deriven de ella y a ella conduzcan al pueblo». 

   ¿Qué significa todo esto y por qué es necesario que lo recordemos y, en especial, en este año en el que conmemoramos el XXV aniversario de vuestro nacimiento? Significa, en primer lugar, que la copiosa variedad de aristas que conforman la Hermandad -entre las que, sin ninguna duda, sobresale la procesión del Miércoles Santo- debe conducir a la plena inserción de cada uno de vosotros en la vida de la Iglesia, es decir, a la continua celebración de Sacramentos y a hacer de la Cruz del y a hacer de la Cruz del Salvador la mejor guía para nuestra vida moral. 

   Y, en segundo lugar, significa también que la Hermandad posee una gran responsabilidad: ser cauce para que todos aquellos que os contemplan, y principalmente en el cénit de vuestros cultos, puedan también enraizarse en el Corazón de Cristo. ¿Qué sentido tendría tanto esfuerzo, tanto ardor y tanto coraje si no hay conversión, si no hay enmienda, si, en definitiva, no avanzamos en el verdadero Amor? Esta vocación sobrenatural vuestra debe supurar en cada uno de los bellos y solemnes actos que se suceden durante el año. 

   Queremos que a estos veinticinco años se añadan muchos más. Tenéis el empuje espiritual y material de la sede parroquial en la que estáis asentados. También la parroquia reconoce sin miramientos el bien que le proporcionáis. Las distintas dificultades del presente no deben acarrear desánimo, sobre todo porque siempre las habrá. Pedimos la intercesión de los Santos Titulares para que nos asomemos a todo con esperanza y con ilusión, con la seguridad de que vuestro buen hacer repercutirá en el engrandecimiento de la Hermandad y, lo que es más importante, servirá para mayor gloria de Dios.

 


TEXTOS PARA LAS CHARLAS DE FORMACIÓN

Texto del Sínodo de los Obispos sobre la Familia.  Lectura y reflexión y de uso para las sesiones de formación. 14/11/2014

Relatio

 


Primera entrega del artículo firmado por D. Olegario González de Cardedal,  «CARTA A UN AMIGO COFRADE»

6 de mayo de 2012.

Microsoft Word - Carta a un amigo cofrade I.doc
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Segunda entrega del artículo firmado por D. Olegario González de Cardedal,  «CARTA A UN AMIGO COFRADE»

22 de mayo de 2012.

Microsoft Word - Carta a un amigo cofrade I.doc

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